Taller de animación para marchas y peregrinaciones
Ariel Glaser
Comenzamos cantando
Somos un pueblo de caminantes, el pueblo de Dios en marcha. Está en nuestra genética marchar por un deseo profundo de volver a la casa del Padre. Sentimos una nostalgia particular, producto de un destierro, aquel destierro del Jardín del Edén. ¡Queremos volver a disfrutarlo! Y eso está puesto en nuestro corazón como si fuera una especie de brújula descompuesta por el pecado.
¿Por qué descompuesta? Porque no es raro ver a un montón de gente que se adelanta en las procesiones, que camina solo por el hecho de llegar, que lo aceptan por un desafío y que sienten la adrenalina de ese momento. La voluntad, los lleva a caminar, pero muchas veces no saben por qué.
CANTAR: YO ME QUIERO IR AL CIELO (1 parte)
Dice Isaías en el relato del siervo sufriente (Is 53, 6 a-b) “Todos andábamos como ovejas errantes, cada una seguía su propio camino”
Pero errantes al fin, Dios no permitió que nadie los oprimiera, tal como dice el Salmo 105, 12-14
¡Recuerden las maravillas que realizó, sus prodigios, las sentencias que pronunció,
raza de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido!
El es el Señor, es nuestro Dios, sus decisiones tocan a toda la tierra.
Se acuerda para siempre de su alianza, de la palabra impuesta a mil generaciones,
del pacto que con Abraham concluyó, y de su juramento a Isaac.
Lo erigió como ley para Jacob, como alianza eterna para Israel.
Dijo: “Te daré la tierra de Canaán, esa será tu parte de la herencia”.
Aunque eran gente fácil de numerar, bien poca cosa y extraños en ese país,
e iban errantes de una nación a otra, de un reino a otro pueblo,
a nadie permitió que los oprimiera, y a reyes, por su causa, reprendió:
“No toquen a los que me he consagrado, a mis profetas no les hagan daño.”
Quien no recuerda lo que dice el Evangelio según San Lucas antes de que Jesús se perdiera en el Templo:
Luc 2:41 Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.
Vamos a detenernos en esto. En la experiencia que tiene cada uno de nosotros a veces un tanto rutinaria, otras veces un poco alocada, y otras tantas generadora de heridas y desencuentros.
Se habla mucho de la palabra “compromiso”… se refriega en la cara de los otros la palabra “compromiso”, y nos olvidamos a veces de que detrás del que llega tarde o que le cuesta participar, hay una persona de carne y hueso, con sus dificultades familiares, laborales, etc.
“Compromiso” debería ser el nuestro de llamarlos para preguntarles en primer lugar cuál es su dificultad, pero claro, creemos que el otro ya tiene que saberlo. Y así, la gente se va. Parten en procesión, pero para otra parroquia. Eso en el mejor de los casos, porque en muchos otros, abandonan la práctica religiosa.
Es un punto álgido en nuestras organizaciones este tema, y creo que tenemos que orarlo mucho
Luc 2:42 Cuando Jesús cumplió los doce años, subió también con ellos a la fiesta,
pues así había de ser.
Ahora ese “así había de ser” quisiera interpretarlo en este tiempo. Jesús ¿viene con nosotros? Seguro que sí pero ¿tenemos plena conciencia de esto?
Les voy a contar una anécdota:
Cuando se cerró un grupo de jóvenes del que participábamos en un colegio, un sacerdote nos permitió reunirnos en la parroquia de mi pueblo. Éramos poquitos, pero siempre preparábamos los pesebres y los vía crucis vivientes como si fuéramos un montón. Por eso, el sábado previo a un Domingo de Ramos, fuimos convocados a “cortar las ramitas de olivo”, y allí fuimos…fuimos, bah, fui yo solo a lo de una vecina con un hacha en la mano y con una soga arrastré unas cuantas ramas hasta la parroquia…y nadie, nadie vino a ayudarme
Como si esto fuera poco, en lo mejor de mi trabajo en el patio de la parroquia, se presentó el párroco con un hilito, pidiéndome que cada ramita tuviera esa medida. Cosa que logré, luego de cerca de seis horas de trabajo.
Al otro día, mi función fue la de crucífero, y me puse a ver a toda esa cantidad de gente que nunca pisaba la Iglesia y que solo lo hacía el Domingo de Ramos, para llevar su ramita y colocarla sobre un cuadro o una cruz. Entonces llegué a casa, y con mi guitarra en la mano compuse esta canción.
CANCIÓN: Fue en un Domingo de Ramos
Luc 2:43-45 Al terminar los días de la fiesta regresaron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo supieran. Seguros de que estaba con la caravana de vuelta, caminaron todo un día. Después se pusieron a buscarlo entre sus parientes y conocidos.
Como no lo encontraran, volvieron a Jerusalén en su búsqueda.
Muy bien, eso vinimos a hacer nosotros en este taller, a buscar a Jesús en nuestras marchas y procesiones.
Recordemos algunos puntos claves a tener en cuenta
PREPARACIÓN:
- Siempre la oración!!!!! No podemos arrancar nuestras reuniones sin invocar al Señor, de otro modo no deja de ser un encuentro cualquiera. Esto lo digo con conocimiento de causa, nos ha pasado muchas veces que arrancamos una reunión y nada.
- Misión pre procesión: La hemos realizado de dos maneras, una con varios días antes, y otras el mismo día de la marcha o la procesión.
Se trata de realizar el mismo recorrido que va a tener la procesión llevando invitaciones o pidiendo que preparen algún lugar especial para las distintas estaciones o paradas.
En muchos lugares se juntan distintas intenciones y se van buscando. En nuestra parroquia, para un Vía crucis, preparamos una cruz en la que se podían ir encajando, con todo el sentido de la palabra, una caja por estación. Cada una de esas cajas fue entregada en una misión previa y a medida que íbamos pasando las recogíamos
Pero lo que me resulta movilizador, es preparar el equipo de sonido y caminar previamente en sentido contrario, cantando, animando y diciéndole a la gente que en una rato va a pasar por allí la procesión.
CONVOCATORIA:
- Una vez en la esquina o en el lugar en donde todo va a comenzar, debe haber quien invite ya sea en voz alta, ya sea personalmente. Nos puede ayudar tener programas o folletos que se vayan repartiendo entre los curiosos que pasan por el lugar.
- La convocatoria debe hacer referencia a lo que se vivirá, si es un Vía Crucis, debemos respetar el tiempo litúrgico, pero si se trata por ejemplo de una Vía Betlemítica, deberán ser cantos muchos más alegres. Si es Domingo de Ramos, se puede aprovechar para realizar ensayos que reafirmen la realeza de Cristo
- Durante la convocatoria también se puede aprovechar para ir solicitando intenciones a quienes estén pasando por el lugar
PROCESION: SI bien algunos tienen mucha experiencia en este campo, siempre es bueno volver a recordar algunos detalles
- Recorrido:
– Considerar la edad de las personas que suelen concurrir a tal o cual procesión. No es lo mismo realizar una marcha con adultos mayores, con jóvenes o con niños.
– En procesiones como las del Domingo de Ramos, nos ha pasado muchas veces, que personas mayores van con la ramita de olivo, directamente al templo parroquial. Quizá pasaron ochenta procesiones, pero en esta última se olvidaron de que las ramitas eran bendecidas al comienzo de la procesión. Y allí comienza el desastre. La mirada pastoral y misericordiosa se nos cierra y desenfundamos lo más crudo de nuestros conocimientos de liturgia: ¡La Misa comenzó en la procesión y allí se bendijeron! Y quedo la anciana con su ramito, preguntándose un montón de cosas sin respuestas.
Algo que nos resultó de suma practicidad fue tener una bolsa abierta y acordar con el sacerdote que bendiga también lo que hay adentro. Allí solucionamos no solo el caso anterior, sino el de todos los otros distraídos, incluso de los que llegaron tarde.
– Conviene profundizar la legislación de cada ciudad acerca de las procesiones religiosas. Por lo general se llama previamente a las fuerzas policiales para que realicen los cortes. En otros lugares, esto no se tiene en cuenta, y son jóvenes voluntariosos de distintos movimientos los que se encargan de esto. Esto no es recomendable en estos tiempos, ya que muchos automovilistas pueden tener reacciones agresivas.
– Considerar en el recorrido si no se va a cruzar con alguna otra actividad comunitaria, desde el aniversario de un club, hasta un picnic de primavera. En tal caso, se podría aprovechar para elaborar un guion en donde se haga referencias a ese tipo de temas
- Guion :
– Es sumamente necesaria la elaboración de un lema para todo guion. Generalmente, las parroquias lo elaboran al comienzo de año. Cabe considerar que un lema para ser memorizable, debe ser sencillo, y, en lo posible contener dos partes a las que, cambiando de lugar, mantengan el sentido general. Por ejemplo “Jesucristo clama en el sufrimiento del pobre”…”En el sufrimiento del pobre, Jesucristo clama”
– No conviene que el guion sea anacrónico. Con esto me refiero a que los guiones con hojas amarillentas solo nos sirvan como material de consulta. Creo que fue allá por el dos mil, cuando una guía leyó una intención que decía: Te pedimos por la Iglesia en América, próxima a cumplir los quinientos años de la evangelización
– Una vez que estudiamos el recorrido y la edad de los participantes, hay que distribuir las estaciones, en caso de que las hubiera. Allí se pone en juego nuestra creatividad: Tres estaciones: Abordar todo tema desde la Santisima Trinidad. Tres anécdotas de el Santo patrono, o bien, nacimiento, vida y obra.
Cuatro estaciones: Considerar los cuatro vientos, los cuatro puntos cardinales, los cuatro evangelistas.
Siete estaciones: Los dones del Espíritu Santo, los sacramentos, las obras de misericordia
– Los recursos para el guion pueden ser multiformes, pues hay variantes desde los niños, jóvenes o adultos como si se realiza de día o se realiza de noche. Cuando dé el cuero, se pueden ir proyectando trozos breves de películas en lugares acordados previamente con los vecinos
– En caso de niños, son muy lindas las Vías Betlemíticas, con poquitas estaciones como la anunciación, la peregrinación y el nacimiento. En el caso de jóvenes, las estaciones pueden hacer referencia a su realidad, e incluso se los puede invitar a que nos cuenten con anterioridad situaciones de vida por las que estén pasando. Nunca presuponer que sabemos lo que le ocurre a un joven sin preguntarle. Durante dos años presentamos un Vía Crucis que se elaboró de esta manera
– Las reflexiones deben ser en lo posible, interpelantes. Conviene prever anotaciones al margen, para quien no tiene tanta práctica, de preguntas y exhortaciones que se le realicen a la gente. Si bien esto suele hacerlo el coro, no olvidar que quien guía es parte de un equipo y puede asumir la animación permanentemente.
– Una reflexión breve, alienta a seguir, una reflexión de cinco minutos alienta a sentarse, una reflexión de más de cinco minutos por parada, desalienta a cualquiera.
– Si el Verbo se hizo carne, nuestros guiones deben presentar también este aspecto.
Un guion que lee la realidad y la ilumina desde la Palabra, difícilmente pase inadvertido. Es más, deja a la gente pensando
Un guion que no lee la realidad y se basa solo en palabras, seguramente pasara inadvertido y dejara a la gente charlando…sobre cualquier cosa, menos sobre el sentido de la marcha
Es en esta instancia en donde les propongo seguir leyendo a Lucas 2, 46-47
Al tercer día lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
Todos los que le oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.
- Coro: Este sí que es un hueso duro de roer en algunas comunidades. Ya que es el momento en el que generaciones diversas tratan de ponerse de acuerdo y les cuesta horrores.
Conviene que el coro se reúna un par de veces antes de la procesión o de la marcha para acordar no solo el tono de las canciones, sino para rezar y descubrir cuál es la mejor manera de abordar la animación. Si hablamos de animación no debemos olvidar que muchas veces habrá que detener las canciones para reforzar a los peregrinos
En los lugares en donde no hay equipo de sonido, se puede formar dos o tres coritos distribuídos entre la gente, o bien repartir cancioneros. En mi pueblo, como éramos dos los que tocábamos la guitarra, nos distribuíamos al comienzo y al fin de la procesión
- Cuestiones técnicas: Sabemos bien de las deficiencias de muchos de nuestros equipos de sonido, y algún día tendremos que abordarlas seriamente. En el «mientras tanto», consideremos algunos consejos prácticos.
– En el caso de que se utilicen megáfonos ubicarse en el mismo sentido del viento y lo más alto posible, de modo que se pueda aprovechar este efecto
– En aquellas bocinas cuyos amplificadores se colocan en un automóvil y se siente descarga, colocar cables de mayor espesor desde la batería hasta el equipo
– Algunas veces se suele escuchar el sonido de una radio AM en un segundo plano. La solución que encontramos fue gastar unos pesos más en cables mallados para los micrófonos.
– Cuando hay posibilidad de radios barriales que tiene buen alcance zonal, tratar de negociar la transmisión en directo, de modo que se invite a llevar receptores de radio. Y de paso, la radio, logra tener mayor audiencia
– Procesiones más grandes todo es el doble o el triple, por eso se contratan equipos especializados con conexiones por microondas
- Orden de la marcha
Este es el punto que muchos quieren anotar y sobre el que siempre hay discusiones. ¿Quién va primero en la procesión? ¿Y último?
Se suele acordar por tradición
– Que, en caso de haber incienso, el primer lugar lo ocupa el turiferario
– en segundo lugar el crucífero
– luego los cirios
– continúan las banderas
– los niños
– la imagen del santo patrono
– Siguen los sacerdote y el obispo. En cayo de que haya autoridades civiles, van a los costados
– Luego el equipo de sonido
– Finalmente: El pueblo fiel
TRABAJO EN EQUIPO
Deberán realizar una procesión con niños de edad primaria, en lo posible hasta tercer grado.
La referencia para el guión es San Francisco de Asís. Sin el grupo proponen otro Santo, no hay problema
Tendrán que elaborar un lema, palabras para una convocatoria al comienzo y para cuatro estaciones, ya que el recorrido será solo de una manzana.
En oración leemos Lucas 2, 48- 52
Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le decía: “Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos.” El les contestó: “¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que yo debo estar donde mi Padre?” Pero ellos no comprendieron esta respuesta.
Jesús entonces regresó con ellos, llegando a Nazaret. Posteriormente siguió obedeciéndoles. Su madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón.
Mientras tanto, Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia, ante Dios y ante los hombres